TCL 55C7K UHD 4K AiPQ Pro Smart TV DVB-T2 (H.265) Negro

Uniformidad de la pantalla: pueden existir zonas más claras u oscuras (vignetting, clouding) especialmente al mostrar grises o negros.

“Blooming” o halo alrededor de objetos brillantes sobre fondos oscuros: aunque use Mini-LED/QD-LED, el control de zonas no es perfecto.

Difuminado de movimiento (motion blur) en escenas rápidas si el procesamiento no está bien optimizado.

Artefactos de imagen al interpolar o reescalar contenido de baja calidad.

Latencia alta en modo estándar, lo que afecta juegos si no activas “modo juego” optimizado.

Inversión de imagen o ghosting (traza) en transiciones rápidas de contraste extremo.

Calidad de sonido insuficiente: altavoces internos generalmente no ofrecen graves potentes o inmersión.

Volumen máximo limitado: no puede “llenar” habitaciones grandes sin recurrir a barra de sonido o sistema externo.

Ausencia o escasa presencia de subwoofer dedicado.

Falta de cancelación de ruido del entorno: no es parte de funciones de TV, pero la acústica de sala puede empeorar el sonido.

Interferencias de señal inalámbrica o cortes si la ubicación del televisor tiene obstáculos o paredes densas.

Wi-Fi inestable si el módulo de red no es potente o si el televisor está lejos del router.

Autonomía de funciones inteligentes (actualizaciones, streaming) pueden volverse más lentas con el tiempo.

Sistema operativo con anuncios integrados o sugerencias promocionadas (algo común en muchas marcas de TV).

Interfaz no siempre muy fluida: algunos usuarios reportan retardos al abrir apps pesadas o navegar menús.

Compatibilidad limitada con ciertas apps locales (versiones específicas, funciones deshabilitadas).

Posibilidad de bugs de firmware iniciales que requieren actualizaciones posteriores.

Riesgo de que una actualización defectuosa degrade el rendimiento de imagen o conectividad.

Compatibilidad parcial con formatos HDR o falta de soporte completo para todas las variantes (por ejemplo HDR10+, Dolby Vision, etc.).

Brillo en HDR que, aunque decente, puede no competir con televisores de gama muy alta.

Que en ambientes muy iluminados la pantalla no logre vencer los reflejos completos.

Ángulos de visión limitados: desde posiciones laterales puede perder contraste o saturación de color.

Desgaste progresivo del backlight / iluminación: con el tiempo puede disminuir brillo o uniformidad.

Calor generado en la parte trasera con uso prolongado, especialmente en zonas de iluminación intensa.

Consumo energético elevado en escenas brillantes por la demanda del sistema LED/Mini-LED.

Peso y volumen considerables: instalación en pared exige buenos soportes y dejar espacio posterior.

Grosor no mínimo: no es extremadamente delgado, puede sobresalir bastante de la pared.

Bases o patas que requieren una mesa muy ancha o robusta.

Conectores HDMI/puertos limitados: no todas las entradas podrían ofrecer ancho de banda completo (por ejemplo, no todos los HDMI podrían soportar 4K a 120/144 Hz, VRR, etc.).

Limitaciones en la funcionalidad de eARC (audio retornado) o compatibilidad con equipos de sonido avanzados.

Ausencia de puertos legacy (por ejemplo AV compuesto, S-Video) que impida conectar equipos antiguos sin adaptadores.

Señal de radio/TV digital (DVB-T2 H.265) lista, pero si el sintonizador no es de calidad puede presentar fallos de recepción en zonas débiles.

Calidad de procesamiento de imagen en contenido muy comprimido (streaming con bitrate bajo) puede mostrar macrobloques, ruido o banding.

Gradientes de color con saltos perceptibles (banding) en partes con transición suave entre tonos.

Inconsistencias en calibración de casa de fábrica: colores, gamma o balance pueden estar fuera de lo ideal, obligando a calibración manual.

Complejidad para calibrar (requiere conocimiento, herramientas, o contratar profesional).

Posible inconsistencia entre unidades: algunos ejemplares pueden tener defectos menores (pixel muerto, desviaciones de color).

Problemas de control de calidad en zonas de emisión de calor, ventilación o componentes internos.

Fallos eléctricos por variaciones de voltaje: el aparato puede sensibilizarse si la red eléctrica no es estable.

Ausencia de batería o respaldo de energía en la propia TV, por lo que cortes eléctricos afectan actuales procesos o memorias.

Vida útil de componentes como condensadores, chipsets, drivers, degradación con años intensivos de uso.

Reparaciones costosas o repuestos específicos difíciles de conseguir para ciertos componentes (panel, backlight, placa).

Dependencia del internet para funciones inteligentes: sin conexión muchas funciones se vuelven inútiles.

Retardo o latencia en el paso entre fuentes (cambiar de HDMI, apps, sintonizador) puede tener “lag” apreciable.

Funciones inteligentes (voz, asistentes) que no funcionan correctamente con acentos o en español local con errores.

Publicidad, pantallas de inicio o sugerencias que no se pueden eliminar completamente.

Interfaz de usuario con “clutter” o saturación de opciones redundantes.

Posible desincronización A/V en algunos modos o fuentes (imagen y sonido no coinciden temporalmente).

Degradación del mando a distancia con el uso: botones pueden fallar o perder funcionalidad.

Valor de reventa bajo comparado con marcas premium: al pasar años, su depreciación puede ser mayor.