Microsoft Surface Laptop 5 13.5 WQHD Intel® Core™ i5-1235U 8GB RAM 256GB SSD Iris® Xe Graphics Windows 11 Home

Memoria limitada (8 GB): para tareas pesadas, multitarea intensa o edición de medios puede quedarse corta rápidamente.

Almacenamiento base modesto (256 GB): podría llenarse rápido si guardas vídeos, fotos, juegos o máquinas virtuales.

Memoria LPDDR soldada: es probable que los 8 GB no sean ampliables pues están integrados, impidiendo upgrades futuros.

Rendimiento en tareas exigentes: con aplicaciones pesadas (renderizados, modelado 3D) puede resultar lento.

Throttling térmico en cargas sostenidas: con tiempo de uso intenso la CPU puede bajar frecuencia para controlar temperatura.

Sistema de refrigeración limitado: el diseño delgado obliga a comprometer el sistema de disipación de calor.

Altas temperaturas en zonas del chasis: especialmente cerca del teclado o apoyamanos al hacer tareas exigentes.

Autonomía real inferior a la anunciada: al exigir brillo alto, uso de Wi-Fi intensivo o aplicaciones pesadas se reduce bastante.

Brillo insuficiente bajo sol directo: aunque el panel sea bueno, en exteriores puede costar ver bien.

Relación de aspecto 3:2 puede no ser ideal para vídeos o juegos: aunque favorece productividad, no siempre es la más cómoda para contenido widescreen.

Falta de puertos: solo un USB-C/Thunderbolt 4 + un USB-A, lo que limita conexiones directas.

Ausencia de ranura para tarjeta SD: para fotógrafos o usuarios de cámaras es un inconveniente.

No hay puerto Ethernet integrado: para conexión cableada necesitarás adaptador USB o Thunderbolt.

Cámara 720p: resolución básica frente a competencias con 1080p: calidad inferior en videollamadas.

Altavoces de volumen limitado: no ofrecen graves potentes ni volumen alto en ambientes ruidosos.

Sonido más plano que en generaciones anteriores: ha habido quejas de menor riqueza de audio con respecto al Surface Laptop 4.

Diseño muy similar al modelo anterior (superficialmente poco renovado): pocos cambios visibles en estética o estética de portabilidad.

Precio elevado para lo que ofrece: muchos rivales ofrecen más memoria, GPU más potente o más puertos por precio similar.

Rendimiento “a medias” frente a la competencia: no es el más rápido ni el más destacado en su clase.

Software en segundo plano: procesos del sistema o aplicaciones preinstaladas pueden consumir recursos y enlentecer el equipo.

Fugas de luz o uniformidad imperfecta en pantalla: algunas unidades podrían tener zonas con brillo desigual.

Biseles relativamente anchos: frente a portátiles modernos con marcos más reducidos, se siente “antiguo” en este aspecto.

Teclado con recorrido reducido: como en muchos ultrabooks delgados, las teclas ofrecen poco “viaje”.

Retroiluminación del teclado apenas suficiente: puede que no sea muy potente o que haya zonas más apagadas.

Touchpad con tacto correcto, pero no excepcional: hace bien su función, pero no destaca sobre los mejores del mercado.

Sonido al pulsar teclas o al manejar touchpad perceptible: puede haber cierta vibración o ruido bajo presión.

Pantalla con reflejos si no es mate: podría tener brillo o superficie reflectante que molesta en ambientes luminosos.

Diseño delgado compromete robustez estructural: podría mostrar cierta flexión al aplicar presión.

Bisagras exigidas con el tiempo: pueden ceder levemente tras uso repetido, perdiendo firmeza.

Piezas costosas: reparaciones o reemplazo de componentes (pantalla, carcasa, placa) pueden tener precios altos.

Dificultad para reparaciones por usuario: el equipo está muy integrado, exige desmontaje complejo.

Dependencia de Microsoft para partes y servicio técnico: pocas opciones de terceros o compatibilidad general.

Desgaste acelerado de batería con uso intenso: ciclos de carga agresivos afectarán su longevidad.

Carga relativamente lenta comparada con otros modelos: aunque tiene buen adaptador, puede no ser ultra-rápida.

Queda obsoleto antes que equipos más escalables: incapacidad para ampliar RAM limita su vida útil frente a opciones más modulares.

Rendimiento en gráficos integrado limitado: la Intel Iris Xe cumple con lo básico, pero en juegos o tareas gráficas exigentes queda atrás.

Limitado para gaming exigente: no podrás jugar a títulos modernos con buenas opciones gráficas.

Picos de consumo que empujan al cargador al límite: en momentos de máxima carga puede exigirse demasiado al adaptador.

Iluminación desigual en teclado o superficie con el tiempo: desgaste estético o pérdida de uniformidad.

Peso no tan bajo para un 13,5” premium: aunque es ligero, algunos ultrabooks logran menos peso con iguales prestaciones.

Volumen y grosor comparado con rivales ultraligeros: algunos competidores ultra-delgados pueden superar al Surface en tamaño/volumen.

Valor de reventa puede caer rápido: como muchos equipos premium, su depreciación puede ser alta con el tiempo.

Expectativas altas que el hardware no cumple en todos los escenarios: promesas de suavidad o fluidez completas no siempre se logran.

Limitaciones en edición de vídeo 4K o tareas intensivas: dependerás de recursos externos o tiempos largos de procesamiento.

Conectividad Wi-Fi/Bluetooth puede verse afectada en entornos difíciles: interferencias o pérdidas de señal ocasionales.

Sin ventilación frontal ni laterales perceptibles: el diseño busca discreción, lo cual puede restringir flujo de aire.

Menor margen para disipar calor en uso prolongado: en sesiones extendidas el chasis calienta más.

Efectos de ghosting o retardo en animaciones rápidas: especialmente si cambias ventanas o desplazas contenido rápido.

Riesgo de comparación desfavorable con laptops ARM o híbridos: frente a modelos con procesadores más eficientes o gráficos más potentes puede parecer menos competitivo.

“Premium tax” de marca: parte del precio se paga por la estética, marca y experiencia Surface más que por un hardware exponencialmente superior.